Las bases de Conciencia Nutritiva son las plantas, la ciencia y la experiencia.
En términos generales, alimentarse implica ingerir alimentos y bebidas que nos permiten sobrevivir y realizar nuestras actividades diarias, en cambio, nutrirse -en términos biológicos- comprende incorporar, de forma diaria y equilibrada, macro y micronutrientes (hidratos de carbono, fibra, grasas, proteínas, vitaminas, minerales, agua y fitoquímicos).
Algo muy importante que debemos comprender es que las personas necesitamos NUTRIENTES ESENCIALES y no ALIMENTOS ESENCIALES, es decir, que podemos ELEGIR DE QUÉ ALIMENTOS VAMOS A NUTRIRNOS. Y acá es donde entra en juego la elección individual de DECIDIR (por motivos éticos, ambientales, religiosos, de salud, entre otros..) no consumir determinados alimentos.
Hago esta aclaración porque la industria, junto con el Estado, nos han hecho creer que necesitamos consumir diariamente alimentos de origen animal (carnes rojas, carnes blancas, lácteos, huevos y derivados) para estar saludables y alcanzar una óptima nutrición. Sin embargo, la ciencia nos dice otra cosa:
En 2016 la Academia de Nutrición y Dietética en su postura sobre dietas vegetarianas declara que las personas vegetarianas y veganas tienen un menor riesgo de afecciones de salud, como la enfermedad isquémica del corazón, la diabetes tipo 2, la hipertensión, ciertos tipos de cáncer y la obesidad.
Esto se debe a que una alimentación basada en plantas se caracteriza por tener un bajo aporte de grasas saturadas (carnes, lácteos y huevo) y un elevado consumo de fibra y fitoquímicos (hortalizas, frutas, cereales integrales, legumbres, productos derivados de la soja, frutos secos y semillas). Esto genera como resultado bajos niveles de colesterol total y de colesterol LDL y un mejor control de la glucemia en las personas que llevan adelante este tipo de alimentación.
Entre lo personal y lo profesional

Además de la evidencia científica, Conciencia Nutritiva se gesta en años de experiencia en el vegetarianismo, lo que me permite como profesional tener un entendimiento de lo que viven mis consultantes vegetarianxs y veganxs tanto en la sociedad como en el ámbito de la salud.
A fines del 2014 decidí hacerme vegetariana y pasé de consumir carne a comprar milanesas de soja del supermercado, no sabía que tenia que suplementarme con vitamina b12 y no consideré necesario empezar un acompañamiento nutricional. Cuando fui aprendiendo del tema mientras cursaba y participaba en congresos y charlas tomé dimensión de la importancia del acompañamiento de profesionales hasta que tuviera los conocimientos suficientes para nutrirme y manejarme sola con mi alimentación. Me di cuenta que no es solo “eliminar la carne, lácteos y/o huevo” sino que hay ciertas cuestiones que son importantes aprender para incorporar en el día a día.
Pasé por profesionales que no me dieron el mejor trato y que me expresaban que “no compartían la ideal del vegetarianismo y aun menos del veganismo”. Es por eso que hoy como nutricionista elijo trabajar desde la empatía y junto a otrxs profesionales con lxs que tengo un entendimiento en común: la alimentación basada en plantas es posible y es totalmente saludable.
Adentrase en el mundo de los alimentos de origen vegetal te abre las puertas a cocinar con otros ingredientes, conocer otros sabores, llegar a texturas, colores y olores increíbles entre los cuales logras un óptimo estado de salud sin necesitar de la explotación y sufrimiento de los animales.